Harrier

Donald Clendenon nació en Alabama hace unos 43 años. Hijo de un vendedor de electrónica, su padre siempre le empujó a luchar por lo que era suyo, y ser duro. Clendenon así lo hizo, y acabó enrolándose en el ejército, y logró ser piloto. Clendenon participó en una guerra, y su experiencia allí le cambió para siempre, volviendole insensible, y creyéndose para siempre más allí de la redención. Clendenon pasó entonces a ser un mercenario, no haciendo lazos emocionales con nada ni nadie. En una misión en Rhodesia hace 21 años, Clendenon tuvo relaciones sexuales con una compañera mercenaria, Amelia Barnhardt, a la que pronto abandonó en la siguiente misión. Sin que él lo supiera, Barnhardt había quedado embarazada, y tendría una hija.

En tiempos recientes, Clendenon comenzó a trabajar para una organización mercenaria ilegal llamada Comandancia Aérea, liderando su brazo armado, compuesto por varios pilotos llevando sofisticados trajes de vuelo, la Fuerza Aérea. En una misión de apoyo a un contrabandista, Clendenon, ahora llamado Cardenal, tuvo su primer encuentro con superhumanos, en este caso los jóvenes aventureros llamados Nuevos Guerreros, que le lograron detener. Clendenon fue rescatado por su Fuerza Aérea poco después, y atacaron a los Nuevos Guerreros en venganza, pero fueron de nuevo derrotados por dos de ellos, Nova y Turbo.

Puestos en libertad, la Fuerza Aérea fue contratada para detener unos envíos de ayuda humanitaria a Bosnia. La Fuerza Aérea asaltó el avión de la Fundación Taylor que llevaba la ayuda, que casualmente estaba pilotado por Barnhardt, que prefirió no decirle nada a Clendenon de su hija. Pero el presidente de la Fundación Taylor, que se encontraba en el avión era en realidad Destructor Nocturno, el líder de los Nuevos Guerreros. A pesar de no contar con su armadura, Taylor logró desactivar los trajes de los cuatro mercenarios voladores y derrotarles. Taylor entonces le mostró a Clendenon el daño que estaba haciendo con ataques como éste, y le chantajeó para que trabajaran ayudando a la Fundación Taylor a distribuir la ayuda humanitaria.

El ayudar a gente en situaciones tan desesperadas le sirvió a Clendenon para comenzar a expiar sus pecados, y comenzó a trabajar por voluntad propia, tratando de redimirse. Sin embargo, pronto fueron atacados por la Resaca, una organización paramilitar de ultraderecha que pretendía terminar con la ayuda americana a países del tercer mundo. El ataque mató a dos de los componentes de la Fuerza Aérea, y una tercera, Gorrión, que mantenía una relación con Clendenon fue raptada por la Resaca para que le lavaran el cerebro y convertirla en una de sus soldados. Cardenal sobrevivió, y asaltó el cuartel general de la Resaca con la ayuda de los Nuevos Guerreros. Sin embargo, Cardenal sólo logró ser gravemente herido en el combate, pues Gorrión siguió secuestrada y la Resaca pudo escapar.

Después de la experiencia, Clendenon volvió a no preocuparse por nada ni por nadie que no fuera él mismo. Una vez recuperado, se unió a los Señores del Mal, un grupo multitudinario de criminales disfrazados, en un plan para chantajear al mundo y conseguir enormes sumas de dinero. Pero el plan de los Señores del Mal fue frustrado por los Thunderbolts, antiguos criminales convertidos en héroes, y Cardenal fue enviado de nuevo a prisión.

Mientras estaba en la cárcel, Barnhardt fue a visitarle, y le reveló la existencia de su hija y como había muerto participando en el programa Redentores del gobierno, combatiendo al villano Gravitón con un traje de vuelo experimental y el nombre de Meteorito. Clendenon se quedó destrozado por la revelación, y fue presa fácil de Capucha Escarlata, la líder de los Señores del Mal, cuando le engañó diciéndole que el líder de los Thunderbolts, Ojo de Halcón era el responsable de la participación de su hija en los Redentores para que volviera a unirse a los Señores del Mal, como parte de un plan para conquistar el mundo usando un ejército de supervillanos. Como parte de los Señores del Mal, fue enviado a capturar a Samuel Smithers, el criminal Hombre Planta, que era la parte principal del plan de Capucha. Pero Smithers estaba protegido por dos de los Thunderbolts, Ojo de Halcón y Pájaro Cantor, que derrotaron a varios Señores del Mal, y les explicaron que el plan de Capucha era controlar una toxina que multitud de villanos tenían en su cuerpo, para chantajearles para que cumplieran sus órdenes. Los Señores del Mal decidieron entonces unirse a Ojo de Halcón para detener a Capucha Escarlata.

Así, Clendenon se unió a los nuevos Thunderbolts de Ojo de Halcón, que trataba de convertirles en héroes como había hecho con Pájaro Cantor. Para ello, les dotó de nuevas identidades, y Clendenon rediseñó su armadura y pasó a llamarse Harrier. Los Thunderbolts invadieron la base de Capucha Escarlata en Symkaria, y lograron derrotarla. A pesar de los intentos de Harrier de huir y de matar a Ojo de Halcón, este se enfrentó a la agencia de cumplimiento de la ley SHIELD que trataba de capturar a Smithers para replicar el plan de Capucha para que Harrier y el resto de Thunderbolts pudieran seguir en libertad. Después de que Ojo de Halcón volviera a arriesgar su vida para salvarle, Harrier decidió hacer lo mismo, y junto a los Thunderbolts, actuar heroicamente y salvar el planeta de una anomalía cósmica que iba a destruirlo.

Tras esta aventura, los nuevos Thunderbolts se unieron al antiguo equipo de Thunderbolts. Cuando uno de ellos, Mach-3, se dispuso a volver a la cárcel después de haber escapado, Clendenon decidió irse con él a seguir cumpliendo su condena, creyendo que era la única manera de hacer lo correcto y hacer que su hija se hubiera sentido orgullosa.