Milicia del Pueblo

La Milicia del Pueblo era un grupo que operaba en Harlem, afirmando buscar la liberación del pueblo negro de la opresión del hombre blanco, que había confinado a las gentes de Harlem a malvivir en la pobreza y la miseria.

Liderados por el misterioso enmascarado apodado como “el Jefe”, muchos jóvenes de los barrios negros se unieron a la Milicia del Pueblo, creyendo en su mensaje de libertad para los negros y muerte al hombre blanco que los subyugaba. Pero la Milicia del Pueblo no solo iba contra los blancos, sino también contra aquellos negros que colaboraban de una foruma u otra con el sistema opresor que oprimía a los negros, como pudo comprobar Sam Wilson, que acudió a uno de los mítines de la Milicia del Pueblo para acompañar a Leila Taylor, una joven de Harlem, activista militante de los derechos de los negros y hacía la que sentía una profunda atracción, que lo convenció para que acudiera a una de las reuniones.

Una vez en la concentración, Sam fue testigo de como el Jefe alentaba el odio de los presentes, exaltando sus sentimientos y animándolos a que causaran la mayor muerte y destrucción posible, señalando como objetivo de sus atentados el club social regentado por el Reverendo Leon Garcia, un firme defensor de las genes de Harlem pero que abogaba por cambiar las cosas fomentando la convivencia entre blancos y negros, no mediante la lucha armada.

Sam intentó convencer a los presentes que no hicieran caso al Jefe, alegando que no podían seguir ciegamente a alguien que ni siquiera mostraba su rostro, pero la multitud estaba demasiado exhaltada, y atacaron a Sam que poco pudo hacer ante semejante multitud, recibiendo una paliza que hubiera acabado con su vida, de no ser por la intervención de Leila, que convenció al Jefe y a los presentes que Wilson, debido a sus contactos con el hombre blanco, les sería mas útil vivo. La multitud dejó de golpear a Sam el cual fue montado en una furgoneta y arrojado en una de las calles de Harlem, donde fue encontrado por el Capitán América, al que previno del ataque que iba a tener lugar contra el Club social regentado por el Reverendo Garcia.

Tras dejar a su amigo en lugar seguro, el Capi se dirigió hacia el Club Social donde encontró a varios miembros de la Milicia del Pueblo, dispuestos a prender fuego al lugar al tiempo que amedrentaban al religioso. La llegada del Capi no disuadió a los agresores que atacaron al aventurero y cuando vieron que no podían derrotarlo, se dispusieron a incendiar el lugar pese a todo, por fortuna, la oportuna llegada de Wilson, enfundado en su traje del Halcón, detuvo el intento deteniendo a los agresores.

Sin embargo la batalla distaba mucho de haber terminado, las gentes de Harlem, alentadas por las palabras del líder de la Milicia del Pueblo, se disponía a destruir Harlem para demostrar que nunca mas vivirían en el estercolero en que el hombre blanco les obligaba a vivir. Frente a ellos, la policía y la Guardia Nacional se disponían a hacerles frente por cualquier medio lo que finalizaría en una batalla campal, pero el Capi logró convencer al comisario al mando de las fuerzas policiales, que no atacaran a la multitud y se limitaran a a contenerlos mientras Sam y él investigaba a la Milicia del Pueblo.

Los dos aventureros se dirigieron al almacén que servía de base a la Milicia, su llegada coincidió con la Leila y Rafe Mitchell, uno de los militantes mas agresivos, que llegaban para recibir instrucciones. El Capi y Sam se enfrentaron a los esbirros del líder de la Milicia, y tras alcanzar al propio Jefe, le desenmascararon, mostrando su verdadera identidad que no era otra que la del Cráneo Rojo. Al ver que su líder era un reconocido nazi racista, tanto Leila como Rafe comprendieron que habían sido engañados y huyeron del lugar para prevenir a sus compañeros para que dejaran de obedecer las órdenes del villano mientras el Capi y el Halcón se enfrentaban y derrotaban al Cránero Rojo.

Las palabras de Leila y Mitchell desvelando la verdad sobre el líder de la Milicia del Pueblo detuvo las algaradas, y los enfurecidos habitantes de Harlem regresaron a sus casas, poniendo fin a las algaradas y dando una oportunidad a la vía pacífica defendida por Sam Wilson o el Reverendo Garcia.

Es de suponer que tras descubrirse la identidad del líder detrás de los actos de la organización, la Milicia del Pueblo sería a todos los efectos, disuelta puesto que no han vuelto a tenerse noticias de sus actividades.