Scythe, Samson

Hijo de familia adinerada, Samson Scythe tuvo una juventud en que sus padres se aseguraron que tuviera de todo, que lo viera todo y lo visitara todo de modo que al alcanzar la adolescencia, el tedio y el aburrimiento le embargaba sin encontrar nada que le estimulara.

Buscando escapar del tedio, Scythe se alistó en el ejército en busca de nuevas emociones, en los primeros meses aquello fue una enorme decepción puesto que se le asignaron tareas de intendencia y limpieza lo que aumentó su hastio, pero todo esto cambió tras estallar la guerra de Vietnam a la que Samson fue enviado..... y entonces un nuevo mundo se abrió ante sus ojos ya que al ser testigo de la muerte en primera persona, vio como la adrenalina y la emoción volvían a recorrer su cuerpo, sintiéndose por primera vez en muchos años vivo otra vez.

Sin embargo, este periodo duró poco ya que para su desgracia, la guerra terminó a las pocas semanas y hubo de regresar a los Estados Unidos, donde Scythe se encontró nuevamente sin ningún estímulo, perdiendo la ilusión por todo, por la comida, por las mujeres.....todo le aburría, incluso el mismo acto de andar le parecía tedioso por lo que tras años de no ejercitar sus piernas y permanecer sentado o acostado, perdió el uso de las mismas viéndose obligado a utilizar una silla de ruedas para desplazarse al tiempo que su cuerpo, antaño fuerte y joven, se deterioraba convirtiéndose en frágil y decrépito.

La situación se volvió alarmante con el paso del tiempo, la orgullosa mansión familiar en Edgewood se deterioró hasta casi convertirse en ruinas, el hastío hacia sus congéneres le aisló completamente de la sociedad, teniendo apenas relación con alguna enfermera que le atendía y con su mayordomo.... incluso el hastío que le provocaba comer hizo necesario que se utilizaran la via intravenosa para alimentarle.

Quien sabe como hubiera acabado Samson Scythe si el mismo día que su último vínculo con el exterior, su mayordomo, decidía abandonar su puesto, no hubiera aparecido Kenneth Hanson, un antiguo compañero del ejército, para pedir ayuda económica a su antiguo compañero. En lugar de prestarle el dinero, Scythe ofreció a Hanson, que estaba teniendo problemas para adaptarse a la vida civil tras abandonar el ejército, un puesto como su nuevo mayordomo.

El acuerdo funcionó a la perfección, Hanson desarrolló sus tareas con pericia y se entendía magníficamente con Samson pese a la rara afición del adinerado personaje, que no era otra que disfrutar siendo testigo de la muerte de otras personas. Viendo el tedio que acosaba a su jefe, Hanson fue clave en volver a avivar la afición de Scythe por presenciar muertes en directo, y para ello contrató a un pistolero y ambos marcharon a Central Park en busca de algún delincuente. No tardaron mucho en encontrarse frente a uno y mientras Hanson tomaba testimonio gráfico de todo con una cámara, el pistolero disparaba al criminal causando su muerte, las imágenes de todo esto llegaron en directo a Scythe que volvió a sentir una emoción que no sentía desde la guerra, por lo que decidió usar su fortuna para revivir este tipo de emociones una y otra vez, por lo que reunió a toda una serie de espías y operativos.

De este modo, incontables criminales, maleantes y delincuentes murieron a manos de los esbirros de Scythe dirigidos por Hanson, todo para el disfrute de Samson que presenciaba en directo gracias a las cámaras las muertes y asesinatos. En cierto momento, el criminal conocido como Constrictor secuestró un barco de la guardia costera fuertemente armado y amenazó con bombardear Nueva York si la ciudad no accedía a pagar un rescate, horrorizado por el número de muertes que podía causar y sobre todo porque no podría ver morir a todas las víctimas en lugar de si muriesen una a una, Scythe envió a sus hombres para que abortaran la amenaza de Cosntrictor. saboteando la embarcación que saltó por los aires evitando la destrucción de Nueva York.

En cierto momento, los esbirros de Scythe empezaron a acabar con la vida de miembros de dos bandas rivales como eran las de Carlo Ferrini y Sean Gamble. Ambos mafiosos, al saber de las muertes de sus hombres, acusaron a la banda rival lo que llevó a Nueva York al borde de una guerra de bandas. Sabiendo que dicha guerra de bandas provocaría un aumento de las muertes entre criminales y una mayor posibilidad de verlas en directo, Scythe ordenó a Hanson que provocara la muerte de uno de los líderes mafiosos, siendo Carlo Ferrini el elegido. Los hombres de Hanson lograron infiltrarse en el restaurante en el cual Ferrini se disponía a celebrar su cumpleaños, camuflando una batería en el interior de la comida la cual el mafioso se disponía a tomar, en el momento en que pinchó el pollo con los cubiertos, Ferrini se vio sometido a una potente descarga eléctrica que lo electrocutó provocando su muerte.

La muerte de Ferrini provocó que sus seguidores buscaran venganza y juraran vengarse de Gamble, el cual, como primer sospechoso, se apresuró a acudir a la policía para desmarcarse de cualquier implicación en el asesinato. El Capitán América, preocupado por una posible guerra de bandas y temiendo por que Gamble fuera la siguiente víctima, decició seguir al criminal para sorprender a su posible asesino, y aunque logró salvar al mafioso de la trampa que los esbirros de Samson habían colocado en el ascensor de su casa, no pudo capturar al asesino que estaba a salvo a cientos de metros del lugar.

Sin embargo, Scythe había presenciado toda la escena a través de las cámaras situadas en el hueco del ascensor y una nueva emoción recorrió su cuerpo, si lograba excitarse viendo la muerte de criminales, se preguntó como sería presenciar la muerte de un héroe de modo que envió a sus hombres a atracar un banco de su propiedad, con la esperanza de atraer al Capi, el cual fue conducido por los criminales en fuga hasta una trampa donde el aventurero se encontró frente a Scythe, el cual le retó a que lo capturara en la finca que tenía en Edgewood.

El Capitán América respondió al reto, marchando a la finca de Scythe donde hubo de hacer frente a mil y una trampas urdidas por el dueño de la casa, como lasers, sabuesos robóticos, ataques sónicos..... todo ello presenciado por Scythe que presenció atónito como el Capi lograba alcanzar el centro de mando tras superar las trampas y alcanzar el lugar donde se encontraban Scythe y su ayudante, entonces el mayordomo empuñó un lanzallamas con el que atacó al aventurero, que si bien pudo esquivar las llamas y lanzar su escudo, no alcanzó a Hanson sino al tanque de combustible de su arma provocando un incendio que hizo arder el lugar.

Las llamas alcanzaron a Scythe, el cual se arrastró en dirección a un extintor para apagar el incendio, pero en su camino, su mirada se cruzó con una de las cámaras que estaba recogiendo el momento, enfocando su rostro, entonces Scythe se encontró ante una nueva emoción, ver su propio rostro mientras moría. Aquella sensación era superior a cualquiera que hubiera sentido en toda su vida, y pudo mas su ansia de experimentar esa emoción que su instinto de supervivencia de modo que se detuvo contemplando las cámaras, mientras el fuego le consumía muriendo abrasado.