Gloriole

Gloriole era una de las mentes más brillantes de Galador antes de que estallara la guerra contra los Fantasmas. De hecho, era considerado la segunda mente más inteligente después del Primer Director.

Hace unos doscientos años, una flota de naves espaciales de Galador que exploraba la galaxia llamada Nebulosa Negra, fue atacada y destruida por la raza conocida como los Fantasmas Espaciales. A continuación, los fantasmas prepararon una flota de guerra para invadir Galador, pero el alto dirigente de Galador pidió voluntarios entre la población para renunciar a su cuerpo y convertirse en ciborgs adaptados para la lucha en el espacio exterior, y que se llamarían Caballeros del Espacio. El primer hombre en presentarse voluntario fue el galadoriano llamado Rom, que se convertiría en el primero de los Caballeros del Espacio, Rom sería el más valiente y más honrado de todos los Caballeros del Espacio.

Además de Rom, hubo millones de voluntarios, entre ellos Gloriole, pero solo fueron elegidos unos cuantos centenares de ellos, cada voluntario fue sometido a una operación mediante la cual gran parte de su cuerpo, incluyendo el cerebro, fueron transplantados a un exoesqueleto computerizado (o armadura). La parte del cuerpo que no era transplantada, era guardada en criogenización, para que los Caballeros del Espacio pudieran recuperar su apariencia humanoide una vez hubieran derrotado a los Fantasmas. Gloriole se convirtió en Caballero del Espacio, con la habilidad de generar rayos de energía.

El ejército de ciborgs se lanzó al combate contra los Fantasmas espaciales, armados con cohetes individuales que les permitían volar en el espacio, y cada uno de ellos tenía un arma que se adaptaba a sus características, así, cada uno de los Caballeros del Espacio tenían un arma diferente al resto de sus compañeros, o su armadura estaba especialmente diseñada para darle habilidades diferentes a las de sus compañeros. El ejército de Galador derrotó al grueso del ejército de los Fantasmas, incluyendo a la monstruosa criatura Ala de Muerte, arma principal de los Fantasmas. Sin embargo un gran número de Fantasmas lograron escapar, creyendo que había otros mundos dominados por Fantasmas, Rom y muchos de los demás Caballeros del Espacio abandonaron Galador para perseguir a los Fantasmas por todo el universo, y así lo hicieron durante 200 años.

Algunos Caballeros del Espacio, como Gloriole, se quedaron en Galador, dispuestos a protegerla de posibles nuevos ataques de los Fantasmas, derrotados pero no destruidos, y que podían intentar atacar de nuevo la Galaxia Dorada. Dispuesto a salvaguardar la paz en Galador, Gloriole traicionó a los Caballeros del Espacio, y se puso en contacto con los Fantasmas. A cambio de que estos le mostraran los secretos de su magia arcana, Gloriole les ofreció la posibilidad de entregar a su mayor enemigo, Rom.

El plan de Gloriole era aprender todo lo que pudiera sobre la magia de los Fantasmas, algo completamente ajeno a los Galadorianos, para después usar esos conocimientos contra los propios Fantasmas. Dispuesto a consumar su traición, Gloriole lanzó una llamada de auxilio a Rom, que acudió presto a socorrer a su compañero, solo para ser capturado por los Fantasmas. Sin embargo, ya con Rom preso, los Fantasmas comunicaron sus planes para el prisionero Rom, Gloriole comprendió que el precio a pagar por adquirir los conocimientos arcanos de sus enemigos, era demasiado alto, y no dispuesto a pagarlo, ayudó a Rom a liberarse, aunque esto le costó la vida. A su muerte, Rom consideró que Gloriole se había redimido, y colocó su cuerpo en un asteroide en órbita, con una llama para recordarlo, y decidido a guardar en secreto, el intento de traición del Galadoriono para honrar su memoria.