Anasazi

Anasazi es el nombre que recibe el colectivo de dioses adorados en la antigüedad por los indios nativos americanos, situados en lo que actualmente es América del Norte. Colectivamente, los Anasazi no eran más que una colección de familias interconectadas entre sí, pero que comprendían varias razas, que por separado eran los Innua, cuyo culto se extendía por el Noroeste del territorio, Manitou, que eran adorados en el Nordeste, los Orenda, adorados por los nativos del sudeste y los Kachina, en el suroeste. Esta división entre las distintas ramas dentro de una misma familia de dioses, es similar a la utilizada por los Asgardianos, dividiéndolos entre Asir y Vanir, o los dioses célticos, divididos entre Fomor y Danas, siendo que cada familia tiene acceso a su propio reino, formando en su conjunto los "Mundos Secretos".

Poco se sabe de su origen ya que como otros muchos panteones sus inicios están envueltos en la leyenda. Según la tradición, fue Manitu el primero de los dioses Anasazi, el que emergió entre el immenso vacío que suponía el Universo sin vida, creando el fuego, el aire, el agua y la roca así como a los otros dioses de su panteón. También creó la luz y las sombras, siendo que la oscuridad adquirió forma consciente y se enfrentó a Manitu el cual hubo de sacrificar su forma corporea para expulsar a la oscuridad.

Mas adelante, con la ayuda de su hijo Tawa, Manitu creo el que sería el primer mundo, Topleka, así como al primer ser vivo que lo poblaría, Sokutang, que debía ser el primero de los pobladores de este nuevo reino. Sin embargo, los descendientes de Sokutang se convirtieron en seres malvados y corruptos obligando a Manitu a envolverlo en llamas para destruirlo.

De las cenizas de este primer mundo nació Topka, el segundo mundo, que fue de nuevo dotado de vida pero sus habitantes pronto se convirtieron en seres mezquinos y avariciosos obligando una vez mas a Manitu a exterminarlos cubriéndolos de hielo. Sería de entre el hielo que destruyó Topka que se creo el tercer mundo, Kuskurza que tampoco fue del agrado de los dioses que lo destruyeron al provocar una enorme inundación que provocó la muerte de sus habitantes. Finalmente los Anasazi abandonaron sus Mundos Secretos yendo a parar a la dimensión de la Tierra, por aquel entonces sin vida y fue allí donde decidieron crear una nueva raza que sería la actual humanidad.

Estos humanos seguidores de los Anasazi podían acceder mediante ciertos rituales a los Mundos Secretos y a Sokutang, Topka y Kuskurza la cual, pese a no contar con habitantes vivos, si contaba con los espíritus de los fallecidos con el peligro que eso suponía para sus mentes. Es por ello que los Anasazi crearon la figura de un guardián humano para proteger los caminos que llevaban a los Mundos Secretos. El manto de este protector pasó de generación en generación entre los miembros de la familia Owl, con raices en la tribu de los Hopi, siendo que se sabe que el guardián de los caminos del siglo 20 tuvo que hacer frente a las maquinaciones del dios del engaño Iktomi.

Pese a que individualmente algunos de los Anasazi han interactuado con la humanidad como por ejemplo Owayodata o su hermano Hotamintanio que protegieron a la humanidad de los espíritus malignos siendo que el primero de ellos otorgó poderes a un humano que se transformó en el primer Lobo Rojo, o Haokah que viajó por la Tierra durante mucho tiempo, lo cierto es que como raza no han tenido muchas actuaciones.

Se sabe que algún miembro de este panteón, seguramente Manitú, acudió a una reunión de los principales patriarcas de los panteones en nombre de su raza, en la cual acordaron no interferir en los planes de los Celestiales. Este primer contacto entre los Dioses americanos y los demás panteones, tuvo su continuación cuando Thor acudió a Shipolo, hogar de estos dioses, para pedir ayuda en forma de parte de su fuerza vital, para revivir a los dioses asgardianos. Los patriarcas de Shipolo accedieron a ayudar a sus camaradas celestiales, y le dieron a Thor la ayudaba que precisaba. Thor volvió a pedir ayuda a los dioses americanos, para hacer frente a la amenaza conocida como Demogorgo, Tawa partió junto al Dios del Trueno para unirse al combate, y durante la batalla fue temporalmente consumido en el interior de la criatura, siendo liberado cuando Thor lo derrotó.

Tras esto, las actuaciones de los dioses nativos americanos no han sido numerosas como grupo, no participaron en la guerra entre Asgardianos y las fuerzas de Seth, aunque la siguieron con preocupación desde Ala. Si acudieron sin embargo al concilio de dioses formado para analizar distintas amenazas como la de Thanos y es probable que estuvieran presentes junto a otros panteones para decidir las acciones a tomar contra peligros como los de los Skrulls o Mikaboshi.