Jerry Larkin

Jerry Larkin fue una vez un intérprete de comedias, teniendo como compañero a Dino Manelli. Cuando Manelli alcanzó gran renombre como actor, Larkin continuo por su cuenta durante un tiempo hasta que se incorporó al ejército cuando América se involucró en la 2ª Guerra Mundial. A pesar de ser consciente del cáncer que lo había empezado a corroer, continuo sirviendo en el ejército hasta conseguir ocupar un puesto en los Comandos Aulladores. Pocas semanas después de haber obtenido el puesto, comunicaría la noticia a Manelli.

Cuando Jerry se presentó en los barracones de los Aulladores, acababan de terminar una partida en la que "Pinky" Pinkerton había hecho trampas. Cuando Larkin se atrevió a sugerir que "Reb" Ralston era un perdedor resentido, este perdió los estribos y lo atacó, siendo rechazado por Larkin con una llave de Judo. A continuación se presentaría ante el Sargento Furia que lo advirtió de que uno no se convertía en un Aullador así como así, pero Larkin estaba convencido de valer y el resto del equipo le dio la bienvenida.

Una vez hubo sido admitido, Dino revelaría a los demás que Larkin era un viejo amigo suyo, reforzando aún más la decisión de aceptarlo en el grupo tras confesar su plena confianza en él. Un día después, Larkin entraría en acción con los Aulladores en Alemania. Al poco de haber aterrizado en paracaídas, los Aulladores fueron acribillados por un nido de ametralladoras, siendo posteriormente este tomado al asalto por Larkin en solitario. Esto le valdría un severo rapapolvo por parte de Furia que le advirtió de que no debía hacerse el héroe, cosa que Larkin prometió.

Mientras atravesaban un bosque, Furia fue alcanzado por un francotirador y tuvo que ser puesto a cubierto por Pinkerton. Larkin, desobedeciendo las órdenes de Dugan y la promesa hecha, actuó por su cuenta y acabó con los dos francotiradores. El grupo continuo su avance para destruir un puerto alemán, ayudando Larkin a que "Izzy" Cohen pudiera colocar los explosivos deshaciéndose de un nido de ametralladoras con una granada. Mientras los Aulladores se alejaban para eludir la onda expansiva de la explosión, uno de los artilleros dispararía contra Larkin alcanzándolo en la espalda antes de morir. Larkin continuo su huida hasta desplomarse en los brazos de Manelli. En su lecho de muerte confesaría a Manelli que no deseaba ninguna medalla por sus acciones, pues se hubiera comportado de una manera totalmente diferente si no se hubiera estado muriendo de cáncer {SGTF 63}.