Rachalla

Rachalla era la hija de Ghul-Azalel, un sacerdote, y la sobrina de Ben-Hussal, el cabecilla del pueblo turaniano de Keshaan situado a las orillas del Mar Viyalet. Su padre se corrompió y adquirió una lira que le permitía invocar a un cocodrilo gigantesco, a quien tomaba como un dios marino. Ghul-Azalel convenció a Ben-Hussal para que empezara a sacrificar jóvenes al temible monstruo prehistórico, hasta el día en que pidió a su hermano matar a su hija. Ben-Hussal cogió a Rachalla y huyó del pueblo. Durante un año se autoexiliaron hasta que un espía les dijo que Ghul-Azalel ya no gobernaba en Khessan {CTB 39-FB}.

Mientras se dirigían de nuevo al pueblo, Rachalla descubrió a un joven bárbaro inconsciente en el camino. El extranjero era Conan el Bárbaro, quien había sido mordido por una serpiente y había desfallecido. Ben-Hussal hizo detener a la caravana y se ocuparon de él. En agradecimiento Conan los acompañó hasta el pueblo. Pero nada más entrar cayeron en una emboscada y fueron capturados. Ghul-Azalel les había tendido una trampa. Todavía obsesionado con el sacrificio de su hija la ató a un poste e invocó al dios marino. Este acudió nadando lentamente, pero Conan se liberó de sus ataduras y rescató a la muchacha. El cocodrilo invadió las calles del pueblo y sus habitantes no tuvieron más remedio que combatirlo. Ghul-Azalel agarró a Rachalla de nuevo y estuvo a punto de arrojarla a las fauces del cocodrilo de no ser nuevamente por Conan. Quien la salvó y arrojó al sacerdote por los aires hasta el reptil. Ghul-Azalel se enredó en las redes que pendían sobre el cuerpo del animal, quien herido regresó a las aguas arrastrándolo consigo y ahogándolo {CTB 39}.