Karanthes

Poco se sabe del pasado del hechicero conocido como Karanthes, antes de obtener un puesto como Sacerdote de Ibis y consejero del Rey Sumabi en su posición de oráculo, desplazando al anterior consejero, el también mago Zukala.

En un momento dado, Karanthes marchó en una expedición para reclutar nuevos soldados para el ejército del Rey Sumabi, pero durante la travesía, fueron atacados por un monstruo gigante. Dado que los poderes de Karanthes eran inútiles contra una bestia como aquella, sin duda hubiera acabado con ellos, de no aparecer un extraño que, blandiendo unas extrañas garras, acabó con la bestia, el extraño resultó ser el mutante conocido como Lobezno, que accidentalmente había sido trasportado al pasado. Karanthes no pudo expresar su agradecimiento al extraño, pero le invitó a que marchara a Akkharra, al tiempo que la visión de las garras del extraño le inspiraba para un nuevo experimento de alquimia, que le llevó a crear una nueva espada a partir de un material de gran dureza, que se apresuró a entregar a Ibis como ofrenda.

Su ritual fue interrumpido por la llegada de Conan, que había sido reclutado por Zukala para que secuestrara al Oráculo del Rey. La llegada de Conan precedió a la de Sonja, protectora del Rey, y de Lobezno, que se había encontrado casualmente con la guerrera comenzando una relación. Karanthes intentó noquear a Conan con unos polvos mágicos, pero Sonja se lanzó sobre el bárbaro y fue ella la que acabó noqueada, entonces Lobezno atacó al cimmeiro dando comienzo un combate entre ambos en el que Conan tuvo que usar la espada creada por Karanthes para herir en el cuello a su rival, dándole por muerto y llevándose prisioneros a Sonja y Karanthes. El mago vio como le llevaban al Templo de Zukala donde el hechicero se disponía a sacrificar a Sonja, pero entonces apareció Lobezno, cuyas heridas le habían convertido en una bestia salvaje, que se enfrentó nuevamente a Conan. Viendo en peligro su plan, Zukala convocó a un demonio para que acabara con sus enemigos pero Lobezno, comprendiendo quien era en realidad su verdadero enemigo, cogió el Cetro de Ibis de manos de Karanthes para obligar al demonio a abandonar esta dimensión, y a continuación acabó con el propio Zukala.

Karanthes abandonó el templo antes que se derrumbara tras la muerte de su creador, y tras despedirse de Sonja y Lobezno (Conan había sido trasportado accidentalmente al futuro), les instó a seguir su propio camino, tras lo cual no se ha vuelto a tener noticias de Karanthes.