Magneto

El mutante conocido como Magneto, era el primer mutante malvado que mostró sus poderes en público atacando la base militar de la Ciudadela del Cabo. Este primer ataque fue repelido por los 4 Fantásticos que le obligaron a huir, pero mostraron a los humanos la existencia de una raza de seres dotados de poderes, que suponían una amenaza para ellos. Poco después, Magneto reunió en torno a él a un grupo de mutantes bautizada como la Hermandad de Mutantes Diabólicos, que le apoyaron en su conquista del pequeño país conocido como San Marco, y que convirtió en santuario para los mutantes aterrorizando o expulsando a la población humana nativa.

En los Estados Unidos mientras tanto, los actos terroristas de Magneto provocaron desataron el terror y odio hacia los mutantes, que fueron perseguidos y cazados por todo el país obligando a los mutantes a huir, encontrando en San Marco un refugio. Pero los planes de Magneto no se detenían en gobernar San Marco, tenía la aspiración de dominar el planeta y pronto lanzó a su ejército de mutantes en un ataque contra el edificio de las Naciones Unidas, donde esperaba secuestrar a los representantes de las naciones allí representadas para obligarlas a entregarle el control sobre el mundo.

El ataque fue rechazado por el ejército de humanos, que hubieran acabado con los mutantes de no producirse la aparición de Charles Xavier, que había obtenido los poderes del Juggernaut, y que tras derrotar a los ejércitos humanos lanzó un mensaje ante las Naciones Unidas clamando que los mutantes del planeta estaban bajo su protección. A continuación, se dirigió a los mutantes reunidos y les invitó a acompañarles a un lugar seguro. Pero Magneto no estaba dispuesto a entregar a aquel extraño al ejército que tanto le había costado reunir, y empezó una batalla entre ambos en la que Magneto intentó aplastar a Xavier dentro de su propia armadura, sin embargo, la protección mística del Rubí de Cyttorak anulaba los poderes de Magneto que vio como Xavier destrozaba su casco derrotándolo y obligándole a huir. Magneto huyó sabedor que no podía enfrentarse físicamente a alguien tan poderoso como Juggernaut y que además podía leerle la mente. Buscando escapar de la influencia de Xavier, abandonó la Tierra instalando su base en el espacio, en el Asteroide M, donde fue testigo del acceso de Xavier y sus mutantes, que tras vencer a los ejércitos de los USA y a sus súper hombres extendió su poder por todo el planeta, creando una dictadura de mas de veinte años en la que los mutantes pasaron a ser la clase dominante y los humanos ciudadanos de segunda.

Durante este tiempo, Magneto no permaneció ocioso y buscó la manera de derrocar a Xavier, en primer lugar, contactó a alguien que odiaba a Xavier con la misma intensidad que él, se trataba de Cain Marko, el hermanastro de Xavier y que lo odiaba profundamente. Cain se convirtió en los ojos y los oídos de Magneto en la Tierra ya que el mutante magnético no podía moverse en libertad por el país sin ser detectado por Xavier. Mientras Cain espiaba y llevaba a cabo misiones como colocar escuchas en el cuartel de la Patrulla X, Magneto trabajaba sin descanso para encontrar una manera de atacar a Xavier. Durante su único encuentro, Magneto había logrado “leer” la estructura molecular de la armadura del Juggernaut, logrando crear un duplicado en forma de diadema que impedía a Xavier leer la mente o controlarla.

Sin embargo, ni él ni Cain eran una amenaza para Juggernaut que ya había demostrado ser inmune a los poderes magnéticos del mutante. La solución llegó cuando los micrófonos instalados en el cuartel de la Patrulla X revelaron que un reducido grupo de mutantes habían abandonado el equipo al estar en desacuerdo de la política de Xavier para con los humanos. Magneto envió a Cain para que contactara con ellos y los llevara a su base espacial, donde Magneto se reunió con los que fueron sus antiguos reclutas. Magneto logró convencerles para forjar una alianza para derrotar a Xavier para liberar al planeta de la tiranía del Juggernaut, aunque los planes del mutante magnético distaban mucho de ser altruistas ya que su plan era ocupar el lugar del dictador.

El grupo encabezado por Cíclope atacó el cuartel de la Patrulla X destruyendo la máquina Cerebro, siendo perseguidos por el propio Juggernaut que les siguió hasta el Asteroide M. Allí, Cíclope intentó hacerle ver que había pervertido el sueño de coexistencia pacífica entre humanos y mutantes. Nunca se sabrá si sus palabras convencieron a Xavier ya que entonces sus compañeros activaron las bombas que arrojaron a Xavier al vacío y si bien no lo mataron, si lo dejaron vagando por el espacio para el resto de su vida. Magneto se congratuló de su victoria, afirmando que ahora nada le detendría para convertirse en el nuevo amo del mundo. Cíclope se apresuró a afirmar que no iban a permitir que se hiciera con el poder ya que eso sería cambiar un dictador por otro. Magneto marchó del lugar junto a Marko, afirmando que la próxima vez que se vieran sería un combate a muerte.