Pícara

Poco se sabe del pasado de la joven mutante conocida únicamente como Pícara, mas que vivía en algún región de Mississipi y que cuando alcanzó la adolescencia desarrolló su poder mutante. La primera vez que sus poderes se manifestaron fue cuando la chica besó a otro joven llamado Cody, y los pensamientos del chico se metieron en la cabeza de Pícara. Angustiada por lo que acababa de hacer, y temiendo ser objeto de odio por el resto de la gente debido a sus extrañas habilidades, Pícara vio al principio con temor la llegada de una mujer que afirmaba comprender por lo que estaba pasando y se ofreció a ayudarla ofreciéndole un sitio donde no sería perseguida y podría entrenar el uso de sus poderes, pero cuando la mujer, que dijo llamarse Mística, demostró ser también una mutante con poderes metamorfos, aceptó acompañarla a su casa, una mansión apartada de vistas curiosas.

Allí, Pícara conoció a Destino, también mutante con el poder de la clarividencia, y días después de su llegada y pese a los esfuerzos de Mística por ocultarlo, descubrió a Michael, el hijo de Mística, que compartía con su madre el pelaje azul y su condición de mutante aunque en el caso del chico su poder era la teleportación, por lo que no podía salir del trastero para que no le acusaran de monstruo. Pícara y Michael congeniaron de inmediato y en los meses siguientes se convirtieron en los mejores amigos y poco a poco comenzaron a sentir algo mas el uno por el otro. Por su parte Mística, que pasaba cada vez menos tiempo con Pícara para entrenar a la Hermandad de Mutantes, tras no haber podido impedir que sus dos “hijos” se conocieran, aceptó que fueran amigos a condición que no saliera del trastero.

Cuando Pícara se enteró que Michael estuvo a punto de morir debido a su aspecto cuando era un bebe, decidió averiguar que había sucedido y fue a interrogar a Mística, la cual no solo se negó a contarle nada sino que la amenazó con no dejarle ver mas a Michael. Furiosa, Pícara usó su poder para absorber los pensamientos de Mística descubriendo que su “madre” había estado a punto de matar a Michael para poder esconderse de los que le perseguían, pero en el último momento se había arrepentido. Consternada, Pícara fue en busca de Michael para que ambos escaparan y cuando Mística intentó detenerla, la joven volvió a usar su poder en ella provocando que ambas quedaran inconscientes.

Michael cargó con el cuerpo de Pícara para intentar huir pero se encontraron de cara con la Hermandad de Mutantes los cuales, como nunca habían visto a Michael, pensaron que era uno de los hombres de Xavier que quería secuestrar a Pícara. La Hermandad se enfrentó a Michael al que hirieron gravemente, fue entonces cuando Pícara recuperó el sentido e intentó ayudar a su amigo pero éste estaba demasiado malherido. Viendo que Michael iba a morir, Pícara le dio un último beso, tan intenso y prolongado que absorbió sus pensamientos, aspectos y poderes de forma permanente pudiendo huir del lugar.

La última vez que se vio a Pícara fue ya como adulta, acudiendo al lugar donde Mística iba a arrojar las cenizas de la fallecida Destino donde espetó a su “madre” haber ocultado a Michael como si fuera un monstruo.