Necromon

Descritos tanto como dioses como demonios, los Infradioses pudieron haber surgido de la degeneración de los Dioses Primigenios afines a Chton y Set, o quizás de la degeneración de dioses de la Era Hiborea o incluso de los Tuatha de Danaan, los Dioses Celtas. Aunque la verdad se encuentra sumida en el misterio, Necromon era el más poderoso de esta raza, siendo quizás solo igualado por Mandrac, Señor de los Asesinados.

Durante siglos los Infradioses fueron enemigos del vecino Otromundo y sus campeones. Los Doce Caminantes, hombres nobles y poderosos, que ayudaron a establecer lazos entre la Tierra y Otromundo , creando senderos entre ambos reinos y promoviendo el conocimiento y la comunicación, hasta que los Infradioses consiguieron atraer a seis de ellos a su bando. Cormac el de las Espadas Gemelas, Karadoc el Amo de los Dragones, Scartac el Señor de la Guerra y su lugarteniente Balor, Gurien el Señor de las Piedras y Mordred el Maligno. Con sus fechorías alimentando el odio por los viejos hábitos, los restantes seis "Caminantes Orgullosos" (Herne el cazador, Vortigen, Gwent, Gamael, Bran y Gael) se retiraron a Otromundo, mientras los "Caminantes Malignos" se establecían en el Inframundo. Otro viejo enemigo de esta raza era el mago Merlyn, que reconstruiría el Camelot terrestre sobre el abismo que separaba Otromundo y el Inframundo, con el fin de montar guardia. En cierto momento, los Infradioses robaron los restos del Rey Arturo y los escondieron en el océano de Otromundo, custodiado por gigantes de piedra, para evitar su resurrección. En la época moderna, con su poder, influencia y ambición en aumento, los Infradioses se esforzaron en destruir a los nuevos campeones de Merlyn. Para enfrentarse al Caballero Negro , proporcionarían un nuevo cuerpo y poderes al espíritu de Mordred, quién a su vez se los otorgaría a le Sabre, y ambos harían lo propio con dos involuntarios peones, el Cosechador (Joshua Stragg) y Huracán (Albert Potter) para que lucharan contra el Capitán Britania. También es posible que el mago Nykonn recibiera órdenes suyas.

Cuando estos ataques fracasaron, los Infradioses se decantaron por un enfoque más directo, atacando psíquicamente al Capitán Britania mientras volvía de Estados Unidos a Inglaterra, y cubriendo su avión con una tormenta mágica. Protegido por el espíritu de Arturo, Braddock mantendría la suficiente capacidad de raciocinio como para saltar del avión, esperando futilmente que ello salvara al resto de los pasajeros, siendo arrojado amnésico a las costas de Cornwall, Inglaterra. Merlyn enviaría entonces al Caballero Negro y a Vortigen en su busca con la intención de que lo llevaran a Otromundo, mientras los Infradioses enviaban sucesivamente a Mordred, a Cormac, al Ogro de Hierro, al letal Jinete Blanco, a Mandrac y al dragón Astoroth, sin que ninguno de ellos fuera capaz de detener el avance del grupo hacia Camelot. Después de que Merlyn derrotara a Mandrac, otro Infradios, y enviara al Caballero Negro y al Capitán Britania a recuperar al Rey Arturo, Necromon lanzaría sus tropas contra Camelot para que lo destruyeran antes de que pudieran volver, liderando el ataque personalmente. Aunque elimino a muchos de los defensores de Camelot y se introdujo en el castillo, allí se toparía con el Caballero Negro y un resucitado Arturo. Entre ambos, condujeron a Necromon bajo un gigantesco rastrillo y cortaron sus cuerdas. Cuando Necromon levantó sus brazos para evitar que lo aplastara, ambos hombres atravesaron con sus espadas encantadas (Excalibur y la Espada de Ébano) el pecho de este. Herido gravemente, Necromon trataría de llevarse a sus enemigos con él, arrancando el rastrillo y lanzándolo para que aplastara el puente levadizo que sujetaba Camelot a Otromundo. Tanto Necromon como Camelot se precipitaron al Abismo, aunque los héroes consiguieron escapar montados en el corcel alado apodado Valinor. Posteriormente, Vortigern permitiría que su propio castillo se convirtiera en el nuevo Camelot.