Gurthie, Josh

Josh Gurthrie era el hermano del mutante Sam Gurthrie, alias Bala de Cañón, y de Paige, la también mutante llamada Vaina, ambos pertenecían o estaban relacionados con la Patrulla X y habían abandonado su pueblo natal y vivido una serie de aventuras. Como consecuencia del azar genético, Josh no manifestó poderes mutantes siendo completamente humano por lo que tuvo que quedarse en la granja familiar viviendo una aburrida vida, siendo objeto de burlas en el Instituto y viendo como su madre y su familia tenían a sus hermanos en un pedestal.

Cierto día, Josh fue a relajarse junto a un lago y por casualidad descubrió que en las profundidades del mismo había un robot gigante averiado. Josh no lo sabía pero se trataba de un Centinela, un robot cazador de mutantes cuya matriz había resultado dañada y sus parámetros borrados, de modo que el robot esperaba órdenes y Josh, siendo la primera persona que le vió, fue el que le dio nuevas instrucciones, la de protegerle y obedecer sus deseos. Con el robot a su disposición, Josh intentó comenzar una vida como aventurero pero demostró ser un autentico zoquete como super hombre y fue de desastre en desastre. Pero las cosas podían empeorar, poco a poco el Centinela fue reparando sus circuitos averiados hasta que su matriz quedó completamente reconstruída, esto coincidió con la vuelta a casa de Sam y Paige para celebrar el cumpleaños del primero y cuando el Centinela detectó a los mutantes intentó llevar a cabo su programación eliminando a los dos Gurthies.

Josh vio horrorizado como su robot combatía y derrotaba a sus dos hermanos, a los que se disponía a ejecutar, entonces se interpuso en su camino afirmando que si quería matar a Sam y a Paige tendría que matarlo a él primero, el robot, viendo que su matriz ponía en peligro sus órdenes de proteger a Josh, decidió que la única manera que tenía de no hacer daño a su dueño era auto destruyéndose por lo que volviendo contra él sus repulsores se voló la cabeza. Habiendo comprendido que lo importante no era tener poderes sino lo que hacías con ellos, Josh aprendió una lección de la vida que le hizo madurar para siempre.