Braddock, Eoin

Eoin Braddock era un caballero de la Tabla Redonda, y que había combatido al servicio de su señor, Sir Percy de Escandia, el Caballero Negro, el mayor guerrero del reino y el mayor defensor de Camelot, el reino de paz y justicia regido por el Rey Arturo. Cuando la amenaza formada por la hechicera Morgana LeFay y su marido, el villano del futuro conocido como Muerte se cernió sobre Camelot, las tropas de Arturo se dispusieron a combatir al enemigo. Sir Percy se preparó para la batalla final pero Eoin, influenciado por Muerte el cual prometió preservar su vida y sus tierras, envenenó a la mujer de Sir Percy y su hijo recién nacido para que enfermaran tras lo cual convenció a su señor que se quedara en el Castillo de Garret para cuidar de su familia, esa misma noche, Eoin vio como el Caballero Negro y su familia morían y toda esperanza para Camelot murió con ellos ya que Arturo fue derrotado en la batalla consiguiente, en que Eoin perdió su brazo izquierdo y decenas de miles de guerreros de Arturo murieron mientras que Muerte se convirtió en nuevo señor de Camelot. Eoin pasó a servir a Eirik Garretsson, sobrino de Sir Percy y nuevo señor del Castillo de Garret, durante años Eoin sirvió fielmente a su señor que apenas si pudo conservar sus tierras y su castillo frente a la pujanza de Muerte, que afortunadamente puso sus miras mas al sur, mientras que Eirik solo podía ver como la enfermedad y el hambre asolaban a su pueblo.

Cierto día sin embargo, hasta las tierras de los Garret llegaron dos extraños, el primero de ellos era Valeria, hija de Muerte y que había escapado de las garras de su padre liberando a su mentor, que no era otro que Merlín, el antiguo consejero del fallecido Arturo y que en realidad era un viajero proveniente del futuro, Nathan Richards. Ambos hablaron a Garret y sus hombres del peligro que significaba permanecer pasivos ante Muerte, que no tardaría en arrasar el este y volverse contra su reino hasta extender su dominio por todo el mundo conocido. Eirik, pese a las protestas de Eoin se enfundó la armadura de su difunto tío adoptando la identidad del Caballero Negro y ordenó a sus tropas que construyeran barcos y se prepararan para marchar a Camelot para enfrentarse a Muerte. Eirik preguntó a Eoin si a pesar de su oposición se uniría a él en la batalla y Braddock contestó que ahora y siempre serviría al Caballero Negro, tras lo cual convocó a Valinor, el caballo alado que sirvió de montura a Sir Percy. En pocas semanas, en las que Eirik comenzó una relación con Valeria y Eoin descubrió que Merlin conocía su traición a Sir Percy, las tropas de Garretson estuvieron listas y marcharon a Camelot, donde quemaron sus barcos para evitar cualquier tentación de escapar y liderados por el Caballero Negro II se lanzaron a la batalla.

Armado con la espada de ébano que perteneció a su tío, Eirik acabó con decenas de enemigos mientras Eoin, Valeria y Merlín marchaban a enfrentarse a Muerte, el cual exigió a Eoin que volviera a traicionar a su señor y se uniera a él para acabar con Valeria y los rebeldes, sin embargo Eoin se negó a volver a traicionar al Caballero Negro e intentó atacar a Muerte, que le lanzó un rayo dejándolo malherido. Eoin murió en brazos de Valeria, agradeciéndole que hubiera devuelto a los Garret el ansia de luchar y dando la bienvenida a la muerte que le llevaría con su señor.