Valeria

Valeria era una joven de Latveria la cual, como todos sus compatriotas, vivía bajo la opresión del Barón que reinaba sobre el país. Valeria se hizo amiga de un joven gitano, Victor Von Muerte, cuya madre había muerto cuando solo era un niño acusada de brujería. Cuando ambos, Valeria y Victor, eran ya unos adolescentes, Werner, el padre de Victor y médico de profesión, fue convocado al Castillo del Barón para que intentara curar a la esposa del Barón, a la cual los médicos de la corte eran incapaces de sanar. Finalmente, y pese a todos sus esfuerzos, no pudo evitar la muerte de la mujer.

Como Werner temía, el Barón culpó al médico gitano de la muerte de su esposa y envió a sus soldados a detenerlo, Werner huyó a las montañas con su hijo Victor donde les sorprendió una tormenta de nieve que casi acabó con la vida del chico pero que se llevó la vida de Werner.

Furioso por la muerte de su padre, Victor juró vengarse y desenterró los viejos libros e instrumentos de hechicería de su madre para obtener poder, únicamente la presencia de la joven Valeria lograba calmarle, ambos jóvenes comenzaron una relación sentimental que se truncó cuando Victor marchó a estudiar a una prestigiosa Universidad de los Estados Unidos.

Valeria quedó en Latveria, viendo como tras la muerte del Barón un nuevo dictador en la figura del Principe Rudolfo ocupaba el trono y detenía a cientos de latverianos sin motivo alguno. Una de estos detenidos fue Latveria que fue encerrada en las mazmorras del Castillo, hasta que fue liberada por el regreso de Victor, que enfundado en una armadura mística había derrotado a Rudolfo y subido al trono como nuevo monarca. Ambos jóvenes retomaron su relación y pronto contrajeron matrimonio.

Sin embargo la felicidad les duró poco ya que mientras iban camino de su Luna de Miel fueron emboscados por Mefisto, el cual ofreció a Muerte dos opciones, quedarse en su reino y permitir a Valeria marchar, o por el contrario sacrificar a Valeria abandonándola en el Infierno mientras él podía volver a la Tierra. Muerte, haciendo gala de su carácter egocéntrico, decidió que el mundo no podía prescindir de él y permitió a Mefisto quedarse con el alma de Valeria. De vuelta a la Tierra, Muerte juró que recuperaría el alma de su amada, y desde entonces año tras año convocaba a Mefisto al cual retaba por recuperar a su amada esposa la cual mientras tanto languidecía en el Infierno.