Wolverine vol 2

Durante este periodo de su vida, Lobezno se emborracha con frecuencia sin una razón aparente. Siempre encontraba alguna excusa para ello, como podía ser su amor por Mariko. Un día Ororo lo invitó a su invernadero y le mostró una planta que había hecho crecer, un híbrido de cypripredium (orquídeas), que resultó mutante, un ser único. Aún así, Ororo lo cortó y se lo entregó a Logan diciéndole que hay cosas de belleza efímera que florecen y luego se marchan y que hay que apreciarlas por lo que son. Logan cogió la flor y la colocó en un jarrón junto al retrato de Mariko.

Ororo y Logan llevan de campamento a Bala de Cañón y Calibán. El grupo escala una alta montaña y acampa para pasar la noche. Enfrente de las tiendas encienden una hoguera y piden a Logan que les cuente historias de la Patrulla-X. Ocultos mediante dispositivos de camuflaje, Zoe y Noah observan a los mutantes, pero un oso grizzly aparece detrás suyo. Noah reacciona disparándole con un rayo de energía, lo que enfurece más al animal. Zoe abre un portal teleportador y fuerza a su compañero a marcharse con ella. Al desaparecer sus adversarios, el animal se lanza contra el campamento. Los mutantes se preparan para luchar contra la bestia, pero Logan no está dispuesto a hacerle daño y convence a sus amigos para que dejen al animal tranquilo. El grupo se sube a los árboles y el oso se come los malvaviscos que estaban cocinando. Pese a su estado cada vez más feral, al final es Logan quien no ha recurrido a la violencia para resolver esta situación, pero él se da cuenta como cada vez se siente más alejado de los otros.

Los Jinetes Oscuros piden a Cyber que entre en una cámara para hacer un test a su adamantium, pero al hombre no le gusta el aspecto que tiene todo esto y sospecha que intentan engañarlo. Por la forma en la que insisten, Cyber se vuelve cada vez más receloso y al final se enfrenta a ellos directamente. No sin grandes dificultades, finalmente logran encerrar a Cyber en la cámara a pesar de su gran resistencia. Génesis activa una compuerta y salen de ella letales Xestobium rufovillosum, escarabajos del reloj de la muerte, que devoran su carne y dejan expuesto el adamantium que recubría su cuerpo. Usando unas pinzas mecánicas, Génesis agarra las placas del preciado metal.