Duncan Corley

No hay muchos detalles sobre lo que fuese la vida de Duncan Corley. Tras su muerte, recibió sepultura en el cementerio de Highgate, en Londres. Sin embargo, cinco años después, el ocultista Paul Beare murió, dejando en su testamento ser enterrado en la tumba de Corley, debido a que el enterramiento era la perfecta tumba astrológica. Por tanto, James Jackson, su abogado, logró exhumar el cadáver de Corley hacia otro cementerio. Esto, de algún modo, enfureció al espíritu de Corley, que volvió como un fantasma.

Lo primero que Corley hizo fue levantar el cadáver de Beare de su tumba en Highgate, y luego se dispuso a buscar los papeles del enterramiento en el despacho de Jackson. Cuando hacía esto, fue sorprendido por Helen Cantler, la secretaria de Jackson. Horrorizada al ver su rostro, la secretaria comenzó a gritar, por lo que Corley la mató. El propio Jackson entró también en la habitación al oír los gritos. Corley le atacó, aunque no llegó a matarle; se fue de allí, ya que tenía todo cuanto necesitaba del despacho del abogado.

Seis horas más tarde, dos saqueadores de tumbas intentaron robar en la tumba de Beare. Drácula, que tenía una base secreta en Highgate, se acercó para alimentarse de ellos, pero Corley se adelantó a él, dando cuenta de ellos para luego desintegrarse.

Habiendo sido alertado de los avistamientos de Corley por la zona, el inspector Chelm contactó con Quincy Harker. SIn embargo, éste no sospechaba que Drácula también merodeaba por la zona, llegando incluso a enfrentarse a Corley por presas humanas en mitad de Coventry Street. En el momento en que el Señor de los Vampiros atacó a Corley, éste estaba atacando a Theresa Beare, viuda de Paul, arrebatándole un colgante de mármol; este colgante había sido extraído de la tumba de Corley, por lo que sentía la imperiosa necesidad de recuperarlo. Un tipo de la zona llamado Henry Bonney intentó defender a la mujer, pero Corley le reventó la cabeza con una sola mano. En el enfrentamiento entre ambos seres sobrenaturales, Corley lanzó a Drácula por los aires, haciéndole estrellarse contra una ventana para luego huír.

Drácula encontró a Corley en Highgate, en el interior de su tumba, donde fingía su muerte. Drácula le golpeó y Corley se disolvió en cenizas, al igual que la primera vez que le vio. Leyendo el nombre de la tumba, al Señor de los Vampiros le vino a la memoria que conoció a Paul Beare en vida; había sido un ocultista y un satanista, que le había pedido que se uniese a él en una aventura. Ni que decir tiene que el Vampiro rechazó la oferta.

La pista del nombre de Beare en la tumba llevó a Drácula a encaminarse a casa de éste. Entretanto, el inspector Chelm ya había logrado identificar al fantasma de Highgate como Duncan Corley a través de algunas investigaciones, lo que también le llevó a casa de Beare. El Señor de los Vampiros había llegado antes, encontrando el cuerpo de Beare sentado en una silla, con un cartel pegado que rezaba "No vuelvan a enterrarle". Esto, sin embargo, no le impidió decidirse al reentierro de Beare. A pocos kilómetros de allí, Chelm vio a Corley cerca de la carretera. Su ayudante, Dooley, atropelló al fantasma y Chelm le disparó dos veces, sin lograr vencer al no-muerto, que de un golpe con la mano desarmó al inspector. Corley encontró a Drácula con el cuerpo de Beare en brazos e inmediatamente le atacó. el Vampiro no rehusó la pelea y ambos se enzarzaron nuevamente. Drácula logró destrozar el cuerpo de Corley sin que se desintegrara de nuevo. En ese momento apareció el inspector Chelm, explicándole la historia del fantasma. El Señor de los Vampiros se marchó de allí para enterrar los restos de Corley en Highgate. Es de suponer que Corley descansa en paz.