Reiker, Terry

Poco se sabe del pasado de Terry Reiker, mas que era una pacifista convencida a la par que una brillante científico, tan brillante que poseía conocimientos suficientes para crear una bomba atómica. Opuesta firmemente a la guerra, y pensando que la sociedad americana vivía engañada y había sido educada en la muerte y el asesinato, Terry depositó sus esperanzas en los japoneses, los cuales engañaron hábilmente a la científico haciéndole creer que deseaban la paz con lo que Reiker aceptó diseñar para ellos la bomba atómica pensando que si los americanos sabían que los japoneses poseían dicha arma, se verían obligados a pedir la paz.

De alguna manera, los aliados supieron de los planes de Reiker y enviaron a dos de sus grupos de comandos mas activos, los Leathernecks del Capitán Savage y los Comandos Aulladores del Sargento Furia hasta la isla que servía de base a Terry para sus experimentos, a fin de arrebatar a la científica de las garras japonesas.

Tras abrirse paso en una isla plagada de enemigos, Furia y los suyos lograron infiltrarse en la base japonesa donde encontraron a Terry, la cual se negó a abandonar el lugar junto con ellos e incluso accionó la alarma que atrajo a los soldados japoneses hasta su posición. Tras enviar a sus hombres a un lugar seguro, Furia arrastró a Terry fuera del lugar pero fueron sorprendidos por una patrulla liderada por el propio comandante de la base, Reiker propuso ingenuamente al comandante nipón que demostrara su voluntad de paz bajando las armas pero la mujer vio como todas sus creencias se derrumbaban cuando este se negó y ordenó a sus hombres que abrieran fuego. Furia logró derrotar a los soldados japoneses y sacar a Terry del lugar ayudado por sus propios hombres y los de Savage, pese a la oposición de la mujer que viendo sus sueños derrumbados, prefería morir, sin embargo cuando vio que los americanos no iban a marcharse sin ella aún a riesgo de sus propias vidas, aceptó abandonar la isla para evitar mas muertes.

Ya en Australia, Terry explicó a Furia que pese a haber descubierto que los japoneses eran igual de belicistas que los americanos, esto no cambiaba nada, la guerra seguía estando mal y matar seguía estando mal y estaba dispuesta a seguir luchando en contra de la guerra aunque le costara la vida. Proféticas palabras ya que pocos días mas tarde, Terry Reiker moría en circunstancias desconocidas mientras participaba en una manifestación contra la guerra.