New Avengers vol 3

Yabbt Ummon Tarru era la tercera hermana del príncipe Tarru de la Corona de Dadingra. Su hermano era el heredero del trono de la Ciudad Oculta y Custodio de la Gran Llave. Esa llave abría la puerta al mayor tesoro del planeta, una biblioteca de mundos, un regalo de Sinnu Sarrum, los Reyes de Marfil. Dadingra tenía la llave y podía abrir la puerta, pero aquellos que carecían de las enseñanzas apropiadas no podían recorrerla. Según la leyenda, sólo las grandes damas, a quienes ninguno de los suyos había visto jamás, eran capaces de no perderse entre los serpenteantes caminos entre mundos. Aún así, todos los días Dadingra abría la puerta con la esperanza de que las damas apareciesen. Lo hizo todos los días sin excepción hasta que el cielo se volvió rojo. Los Sacerdotes Negros descendieron desde su tierra hasta la nuestra. No perdonaron a nadie, nadie escapó excepto la pequeña Yabbt Ummon Tarru, porque cogió la llave y abrió la puerta. Entonces aparecieron las Grandes Damas y le dijeron que su mundo era una ofrenda al gran destructor, Rabum Alal. Aceptó su misericordia como un regalo y aceptó a sus nuevas hermanas convirtiéndose en una más de los Cisnes Negros.

Los Illuminati se enfrentan a Terrax mientras Galaktus consume el planeta. Pese a todo el poder del heraldo no puede resistir el grito sónico de Rayo Negro. Los Illuminati deciden marcharse llevándose consigo a Terrax y contemplan como Galaktus termina de destruir la tierra alternativa terminando así con la crisis.

Reed y T'Challa acuerdan sacar a Cisne Negro de su encierro a cambio de su ayuda para detener a Rabum Alal. La mujer quiere vivir y ese es el precio que exige para continuar ayudándolos. Como no se fían totalmente de ella le colocan un collar explosivo. En la otra celda Terrax permanece impasible. Cisne Negro les cuenta más sobre su historia y les habla sobre la Octava Vía, lo que llaman solapar el apocalipsis que consiste en evacuar el planeta y destruirlo para eliminar el punto de anclaje con los eventos destructores. Como muestra de buena fe sobre sus intenciones les dice que puede predecir con más efectividad que ellos la llegada de las colisiones universales gracias a sus ojos que están en fuera de fase con su universo. Cisne Negro les advierte que quedan minutos para ella y todos se miran unos a los otros cuando el mecanismo de la palma de sus manos se ilumina reafirmando las palabras de Cisne Negro. La próxima colisión tendrá lugar en Latveria.