Karnak

Karnak era un Inhumano de la Familia Real nacido en Attilan. Sus padres se negaron a exponerle a las nieblas terrígenas. Para suplir la falta de poderes, Karnak se dedicó hasta los 18 años al estudio de numerosas disciplinas físicas y mentales. Sufrió junto al resto de la Familia Real el exilio de Maximus y otras cuantas desventuras. Cuando el pueblo Inhumano escogió vivir en libertad en la Tierra, acompañó junto al resto de la Familia Real al espacio.

Volvió a la Tierra junto a la Familia Real Inhumana. Debería haber mutado al contacto con las nieblas terrígenas, pero no lo hizo. Esto hace suponer que se expuso en secreto a ellas, y que su habilidad para descubrir las debilidades de objetos y personas provienen de ellas. Acompañó a Rayo Negro y la Familia Real a Nueva York y Latveria. Su fe en la lógica y en la perfección de Rayo Negro le hizo distanciarse del resto de la Familia Real. Tras la muerte de Rayo Negro, dice él mismo, sólo le queda servir a los fallidos. Pronosticó que Luna sería una voladora tras su mutación al contacto con las nieblas terrígenas.

Karnak sentía que la boda del Rey Britania y Medusa como una traición hacia Rayo Negro, y la pérdida final de la pureza de la raza Inhumana. Por ello se refugió sólo en Attilan, alejado de todos. Allí fue interpelado por los Guardianes de la Galaxia, a los que venció fácilmente. Respondió a las preguntas que éstos querían saber, sólo por diversión, ya que a los Guardianes les era imposible aprovechar el poder de las nieblas terrígenas, que ya se habían perdido por toda la atmósfera terrestre. Desde entonces, Karnak aún permanece allí, aislado del mundo, meditando sobre la perdida gloria de los Inhumanos y sobre la traición a su adorado difunto monarca, Rayo Negro.